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dilluns, 17 de setembre del 2012

Podemos recordarlo todo por usted





Paul y Arnold estarán encantados de la vida y si Philip resucitara creo que antes de agarrar un berrinche pasaría por caja para tomar una buena dosis de prudencia aunque probablemente a estas alturas ya estaría acostumbrado.

En las conversaciones entre cinéfagos suele aparecer de forma recurrente la conexión entre literatura y cine con aspectos tan variados y propensos al debate como la conveniencia de respetar o no la literalidad de una obra escrita tanto en lo que hace al desarrollo de la materia que trata cuanto a la munificiencia de los diálogos que en la misma puedan permanecer, conocidos ya de un público inteligente que cuando asiste a la proyección de una película puede encontrarse con piezas dotadas de abundante diálogo, por ejemplo alguna de Joseph L. Manckiewicz, y, por el contrario, sintetizadas mediante relatos visuales de la mano de Don Alfred Hitchcock, tomados ambos como paradigmáticos ejemplos de una forma de entender el cine absolutamente divergente pero magnífica en cualquier caso.

De lo que no se libra ninguno es del duro trabajo realizado por el guionista, tanto si innova como si se ciñe básicamente a la idea escrita.

Como todos ya sabemos, Philip K. Dick fue un autor de novelas y relatos de ciencia ficción que tras su fallecimiento en 1982 alcanzó enorme notoriedad gracias a que algunas de sus obras sirvieron de base para ciertas películas de éxito. Uno de sus relatos cortos We Can Remember It For You Wholesale, que puede leerse traducido al castellano con el título Podemos recordarlo todo por usted, sirvió de base para una buena película dirigida en 1990 por Paul Verhoeven y protagonizada por Arnold Schwarzenegger, una historia trepidante, pletórica de acción y violencia, con efectos especiales que nos trasladaban a un futuro en el que los viajes a Marte son una realidad, una trama en la que subyace un discurso metafórico que va más allá de lo que el relato original ofrece, ampliando aspectos que, no obstante, concuerdan con el tono propio del cuento.

Y ahora, en este siglo XXI tan escaso de luces que padecemos, una compañía productora sarcásticamente denominada Original Film encabeza una pléyade de empresas del cine que pueden verse aquí decididas seguramente a conseguir la total destrucción del cine como arte portador de ideas ya que entre todos no han sabido hacer otra cosa que dedicar dinero, tiempo y ganas a rodar un engendro titulado Total recall (Desafío total) que así ha sido presentado de forma multitudinaria este fin de semana en España el último intento de hacernos creer que una revisión de un texto con nuevos medios puede resultar interesante.

Nada más lejos de la realidad.

Un truño dirigido por Len Wiseman, que forjó sus conocimientos cinematográficos como director artístico de memorables pifias como Godzilla e Independence Day y se ha fogueado con la saga de Underworld, La jungla 4.0 y la paupérrima revisión de la serie Hawai 5.0, eligiendo para sustituir a un tipo duro y bestia como Arnie al mucho más "cool" Colin Farrel, ya da pistas al cinéfilo prudente de que se va a encontrar con una especie de refrito indigesto. Hay que ser tonto para caer miserablemente en la trampa. En mi caso no es ninguna novedad, porque ya lo dije aquí mismo hace años; sin remedio, vaya.

Porque uno, que ha bajado considerablemente el nivel de exigencia so pena de no poder acudir a la sala de cine que tengo a cuatro pasos, donde lógicamente se ofrecen estrenos, uno, digo, pensó que al tratarse de una película de ciencia ficción y sin ocultar que se trata de una nueva revisión de la trama, seguramente gracias a novísimos efectos especiales el desarrollo de las aventuras espaciales sería remozado con nuevo brío.

Lo que no podía haber imaginado ni supuesto con antelación es el cúmulo de despropósitos y de plagios descarados que uno se encuentra, como si se tratara -o tratase- de una competición de cortar y pegar -o aplicar el photoshop para cambiar detalles- o quizás es que en realidad se trata de una competición cinéfila en la que después, a la salida del cine, las buenas gentes compitan entre sí para comprobar quien recuerda más plagios (guiños, dicen los críticos profesionales).

Bien: recapacitemos: olvidemos el texto, el relato corto escrito en 1966 por Philip K. Dick Podemos recordarlo todo por usted y olvidemos la película de 1990.

Hagamos un ejercicio de buena voluntad, y démosles a estos muchachos un voto de confianza ¿vale?

Pues no: no vale, porque el propio Wiseman nos mete en los morros a la joven Kaitlyn Leeb para recordarnos que se ha fijado en la película de 1990 o por lo menos en sus detalles más nimios y anecdóticos pero ha olvidado lo más importante, que, como siempre, es el respeto a la inteligencia del espectador.

Por cierto: puede que a partir de esta línea se escape algún detalle de la película, así que avisados quedan. De todas formas, importante, lo que se dice importante, no hay nada a desvelar; por desgracia.

Lo que hace más de veinte años era una aventura espacial en la que los dirigentes terrestres exprimían la colonización efectuada en el planeta Marte, ligando así con el relato corto, ahora se ha reconvertido en una aventura neo colonial en la que el planeta Tierra, a fines de este siglo XXI, después de temibles guerras, ha quedado con su población residente en dos zonas: la Nueva Gran Bretaña (¡toma ya! les va a encantar) que es donde reside el poder, y la Colonia, que coincide con Australia (¡toma ya! se van a ciscar en todo. [ya que el rodaje se hizo en Toronto, esto huele a vendetta dentro de la Commonwealth.])

Como es natural, en la Colonia es donde residen los obreros como el protagonista que, claro, siendo de la Colonia no podrá alcanzar el soñado empleo de encargado en la planta de fabricación de policías o soldados robotizados que, ¡pásmate! está situada en la Nueva Gran Bretaña.

Y tú te lo miras bien, intentando asimilar que los obreros australianos cada mañana -y cada tarde, al terminar la jornada laboral- se trasladan desde la Colonia hasta Nueva Gran Bretaña y lo hacen por medio de ¡tachánnnnn!


¡LA CATARATA!



La catarata es un tren que atraviesa el globo terráqueo -no exactamente, porque australia no está en las antípodas- en diecisiete minutos de fantástico recorrido a cuya mitad hay una inversión de gravedad para adaptarse a la que hay al emerger al otro lado del planeta.

De entrada, así por encima, el diámetro del globo es de unos doce mil setecientos kilómetros, lo que significa que la catarata debería circular por en medio del planeta nada menos que a casi cuarenta y cinco mil kilómetros por hora, para poder efectuar el recorrido en diecisiete minutos. Y ello es importante para la trama, máxime porque las bombas de relojería que veremos tienen todas ellas un tiempo prefijado de ¡tachánnn! ¡quince minutos!

Es un detalle, especial, que demuestra claramente que no ha habido esmero ni dedicación a la hora de confeccionar el guión y que ni Wiseman es tan sabio como su apellido pretende ni los seis guionistas que constan en los créditos se han tomado la molestia de agarrar una simple calculadora, permaneciendo en el ánimo del espectador durante todo el metraje una sensación de falsedad y de falta de credibilidad que, una vez más, no proviene de la fantasía de lo que se nos presenta sino de la falta de cuidado en la lógica interna de la narración.

El escenario apocalíptico está mal copiado de Blade Runner, llovizna inclemente incluída, y las persecuciones de vehículos aéreos mal aprovechadas, corriendo a cargo del espectador adivinar que los trastos no vuelan sino que se desplazan en vías magnéticas, curiosamente lo mismo por encima que por debajo de un curso prefijado que se convierte en ininteligible dada la presentación construída por Wiseman, en un exceso de infografías digitales que marean lo mismo que un video juego a toda pastilla y ponen de los nervios y agotan por su precipitación y ritmos sincopados, todo muy artifical y falto de sentimiento.

No hay empatía.

No por lo menos para un Colin Farrell que no parece estar muy convencido de su papel, siempre con cara de duda, como preguntándose: ¿qué hago yo en esta película?. Las idas y venidas de ese protagonista que no acaba de saber muy bien quién es ni para quién trabaja, estaban mejor representadas por el siempre poco expresivo Arnie porque su cara de pocos amigos resultaba más convincente: un tipo en esa situación, aparte de estar confundido, está cabreado; mucho. Aquí, sin embargo, la cara de cabreo y la determinación aniquiladora la encontramos en la bella Kate Beckinsale que se ha quedado encasillada en el arquetipo fácil y simplón pero para el caso resulta mucho más atractiva -y guapa, pero eso no cuenta por ser una valoración particular- que el sosainas del protagonista que ni tan solo puede dotar al personaje de la ambigüedad necesaria para mantener siquiera un pelín de interés.

Así las cosas lo único esperable en este producto -ya que la lógica brilla por su ausencia de la trama- es contemplar una serie de escenas de acción espectacular que epaten al patio de butacas a cambio del tiquet abonado, pero, ¡ailás! tampoco hay nada que no resulte cartón piedra o maqueta digitalizada que se derrumba sin ningún atisbo de originalidad, ni siquiera ruido ensordecedor, y tampoco el ejército de soldados robotizados resulta nada más allá que remedos de descartes de otras producciones, de tan vistos como están: para haber sido Wiseman el encargado en las dos citadas, Independence Day y Godzilla, ya podría haber inventado algún bichejo original para la suya: ni eso.

La trama es un repiqueteo de la película de Verhoeven rebajando el tono y las expectativas, desaprovechando las ideas que en torno a la propia identidad y a la confusión entre realidad y ficción interesada y manipulada ofrece la anterior, cuando lo más lógico, puestos a revisar, hubiera sido incidir más en aquella temática, porque las cintas de acción, incluso de ciencia ficción, como los libros del propio género, no tienen porque dejar de lado la presentación de ideas que interesen y hagan pensar, dejando poso después del entretenimiento.

No es el caso: ni poso ni siquiera entretenimiento. Se la pueden ahorrar tranquilamente.


Ver tráiler







20 comentaris :

  1. ¿Pero te has puesto con la calculadora y todo? Jajaja

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    1. Y tanto, Enrique: después de buscar en la wiki el diámetro, he escrito la ecuación simple de la regla de tres (porque si no, me lío) y naturalmente he usado la calculadora: es lo que tiene ser de letras... :-)

      Un abrazo.

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  2. Buenísimo texto... Lo aplicaría tal cual a mi tienda de los horrores...
    Fíjate que los publicistas de esta porquería la están vendiendo como que es mejor que la original, e incluso buena parte de la crítica se está haciendo eco de ese mensaje.
    Creo que Colin Farrell jamás ha estado convencido de ningún papel que ha interpretado. Es de esos actores que se llevan hoy: ni gestualidad, ni lenguaje facial, ni carisma, ni profundidad, ni chicha ni limoná. Planito, planito.
    En fin, que tomo nota. Tranquilo, ya harán una segunda parte. La hacen de cualquier mierda.
    Un abrazo

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    1. Espero que no, Alfredo, que no hagan una segunda parte, porque sería ya como renunciar a la posibilidad que exista inteligencia en Hollywood; en más de una ocasión hemos lamentado la postura de la crítica sujeta a la mercadotecnia, y parece que no hay remedio más allá de quedarse en casa.
      Esta, desde luego, el día que la veas, si llega, irá directa a la Tienda, seguro...

      Un abrazo.

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  3. Gran reseña,amigo Josep.Fíjate tú que yo soy lector de Philip K.Dick desde hace más de veinticinco años.Creo que tengo casi toda su obra y es para mí uno de mis grandes tesoros.Empiezo por aquí porque como gran lector que soy de este autor puedo opinar que,a excepción de Blade Runner,todo lo que se ha hecho en el cine basado en su obra es una porquería muy grande.Dick es un autor difícil de leer.Tienes que entrar una y otra vez hasta que al final,cuando te has perdido de verdad,es cuando empiezas a entenderlo, cuando tu propia identidad se tambaléa y todo lo que creías hasta entonces se vuelve raro.Tiene un mundo personalísimo basado en un montón de cosas,como la religión,las drogas,la identidad,la falsa identidad,la muerte,la sicodelia de la época,el antimilitarismo,el ecologismo...Es un autor con una capacidad enorme a la hora de inventar personajes y hacerlos creíbles,y,además un maestro en el diálogo.Oscuro,tenebroso,pesimista,inventor de internet y de lo virtual,del punk y lo que haría la tecnología con nosotros.Todavía no existe un director que sea capaz de enfrentarse a todo esto.Me morí de risa cuando Spielberg realizó ese pastelazo con Cruise.Spielberg está hecho para realizar extraterrestres con la cabeza gorda.Y bueno,paro ya.Desafío total es una película ridícula.Primero por el actor y después porque lo más interesante del relato no existe.Ver al tío ese de la cara cuadrada en un platena sin oxígeno y con los ojos saltones,¡venga ya!Y esta que comentas tan expléndidamente no la quiero ver.Tenemos los libros de este brillante escritor profético.

    Un abrazo,amigo.

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    1. Muchas gracias por el elogio, Paco; he de reconocer que de Dick apenas habré leído cuatro cosas, quizá porque cuando leía ciencia ficción apenas era conocido por estos lares, primando Bradbury, Clarke y Assimov y alguna recopilación de diversos autores entre los que puede estuviera Dick: tendré que buscar los viejos volúmenes por curiosidad...

      Yo creo que el cine no debe sujetarse demasiado a la obra literaria entre otras razones porque no compiten en la misma liga. en el caso de la ciencia ficción, rara es la película que mantiene el pulso despreciando la posibilidad de mostrarse espléndida en la recreación del mundo fantástico. Por ello pienso que la película de Verhoeven, sin ser notable, es una buena película, pues logra entretener y mantiene el tono: aunque únicamente la he visto en el cine y una vez en su estreno, ahora que lo pienso...

      Lo que sí es muy cierto es que siempre nos quedan las novelas y relatos cortos de Dick, siempre sugerentes...

      Un abrazo.

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  4. No sabes cuanto se agradecen estas advertencias pre partido, Josep. De este modo me evito volver a ver la enésima catarata en forma de video clip. Muy instructivo todo lo que aportas. Y se agradece la incursión del cuento como enlace. No lo había leido.
    No obstante (conmigo casi siempre hay un "no obstante") voy a hacer tres apreciaciones.
    - En principio, y aunque me fio plenamente de tu fino criterio (tu has visto las dos interpretaciones) me parecía de entrada más adecuado Colin Farrell que Arnold para el papel de despistado y perseguido con la muerte en los talones. De todas formas si me dices que esta no es su tarde, oido barra.

    - La segunda cuestión es la referida a Desafío Total. Yo no soy muy entusiasta, la verdad. Siempre me pareció un film mediocre. Es más, siempre me pareció un mal peplum en el que se dan cita todos los tics de los peplums italianos de los años 60: pueblo oprimido, tirano sin compasión, heroe forzudo que capitaneará a su pesar la consabida revuelta,demostración de fuerza, cataclismos varios...) Claro que según leo siempre hay quien en 2012 puede hacerlo todavía peor.

    En un ejercicio inevitable me pongo a comparar. Stone-Ticotin versus Beckinsale-Biel. No se, no se...pero seguro que tu que has visto a las cuatro sí.Ilustranos, que ahí si que hay chicha para rascar.

    Pd: Esa sensación de que nos han vuelto otro fin de semana más a tomar el pelo es más común de lo que crees.No pasa nada. En ese aspecto y por si te sirve de consuelo te habla el campeón del mundo de los tontos más tontos. He caido en ese tocomocho demasiadas veces. Saludos.

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    1. Esas tres cuestiones, Víctor, no son baladíes:

      Sin contarme al cien por cien en los detractores de Farrell y mucho menos entre los "fans" de Arnie, he de reafirmarme en mi sensación que el personaje de Quaid/Hauser está mejor representado por el pétreo Arnold, aunque lo cierto es que no podría imaginar una lucha cuerpo a cuerpo entre Arnie y la bekinsale sin que ella acabara destrozada, y aún resultando también inverosímil, su encontronazo con Farrell está en otra dimensión: digamos que Farrell, en esa tesitura, resulta más creíble como víctima de los palos de la bella.

      La versión de 1990, como ya he dicho, sin ser notable, me merece un buen aprobado: mi recuerdo de su visionado en estreno se mantiene como entretenido y nada aburrido, justo lo contrario de este refrito.

      Por último, he de admitir que a mí Sharon Stone nunca me ha gustado mucho -y lo cierto es que me dí cuenta de su existencia en la película un día haciendo zapping, pasados varios años, y no seguí- y de la otra, la morena, apenas recuerdo nada; lo que más recuerdo de la versión de 1990, respecto a rostros, es el del mutante Kato... :-) Eso sí: entre Bekinsale y Biel, quizá me quedaría con Beckinsale: la Biel me enamoró en la del mago y en ésta apenas la reconocí.

      Ahí caemos, Víctor, por confiados y buena gent que somos...

      Un abrazo.

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  5. A ver... Varias cosas. Adaptar a Dick debe ser muy difícil. Blade Runner no tiene nada que ver con la novela original (o eso me pareció cuando la leí)... El cuento este también lo leí hace mucho y ya veía que tampoco era lo mismo. Y otras novelas o cuentos de Dick se me antojan bastante "complicados" para adaptar. Supongo que no está mal si lo que se hace es adaptarlo en espíritu, no en la letra, como hicieron con Blade Runner.
    Pero no me pongas la de "Headhunters" como floja, porque es bastante mejor que la de "Desafío Total" de Verhoeven, que creo que ha envejecido mucho y mal; no sé si mediocre como dice V, pero no tan buena como tú apuntas (la vi en el cine en su día, y la revisé años después en algún pase televisivo y ya me pareció que había perdido bastante).
    Esta, a pesar de las chicas, no me interesa un pimiento...así que no creo que la vea... pero me ha hecho mucha gracia lo de Original Film. Ahí has estado.
    Un saludito.
    PD: V tiene razón en lo de las chicas. Estas dos son como muy parecidas, ¿no? En el cartel "casi" no se distinguen... En la otra, el contraste rubia-morena tenía más gracia.

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    1. Como le digo a Machuca, David, el tema de las adaptaciones de piezas literarias da para un debate que sería en ocasiones bizantino y desde luego no me siento inclinado a definirme al respecto porque hay casos para todo.

      La película de 1990, vista que fue en su estreno, me dejó buen recuerdo y no me he sentado a comprobar si envejeció bien o mal, sea por falta de curiosidad sea porque no necesito volver a verla para comprobar si me sigue gustando igual o no: fue producto de una época muy concreta, gran éxito de público, y tampoco hay que darle más vueltas: peor que muchas, mejor que otras tantas.

      Desde luego, mejor que este refrito, en el que el papel de las féminas es importante pero pasa desapercibido como todos los personajes, en definitiva, por culpa de un guión nefasto y descuidado al límite.

      Un abrazo.

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  6. ¡Ay que me pierdo..!Denso y bien planteado todo lo que dices y ¡ no digamos los comentaristas !..
    Solo puedo decir y prometer que no la veré.
    Tienes tema para contestar a todos asi que conmigo con un breve has cumplido :-D

    Besos. Milady

    P.d ¿ Otra de tios..?

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    1. Creo que no, Milady, que no se trata de otra película de tíos, porque algún suspiro se oyó con la aparición de Colin Farrell que lo cierto es que sale en casi todos los fotogramas, como si fuese capaz de soportar él solito el peso de la producción: que no.

      Si fuera tu, querida, no haría nada por verla, porque seguro que no te gustará...

      Besos.

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  7. Pues mira, me la voy a ahorrar que no están los tiempos para despilfarrar. De todos modos, la verdad es que no pensaba...

    Hace unos meses tuve la ocasión de volver a ponerme en el Home Cinema el "Desafío total" de Paul Verhoeven/Arnold Schwarzenegger. Me aburrió bastante, francamente. ¡Qué sentido del humor más penoso! Pues bien, no no voy a caer ahora en este nuevo viajecito...

    Salucines

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    1. Leyéndote, Fernando, ya me están entrando ganas de ponerme también esa primera versión, porque empiezo a dudar de mis recuerdos: en lo que no hay duda es en el buen olfato que te permita alejarte de esta desafortunada revisión, ciertamente poco aconsejable.

      Un abrazo.

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  8. ¡Brutal!
    Me lo he pasado en grande con tus "!tachan¡"
    No he sido nunca un buen lector de ciencia ficción; y así me va, tan recogido en mi presente, incluso en cuanto a lo literario. Eso se lo dejo al inmenso Machuca que recientemente ha publicado en su blog una maravillosa entrada dedicada a Dick. Recomendémosla.
    Pero si que soy buen aficionado a esto nuestro, por lo que no sabes cuánto te agradezco que me ahorres unos cuantos euros con tu reseña.
    La versión de Verhoven, encontrándole cosas muy interesantes, es verdad, entiendo que pierde sin embargo fuelle por culpa tanto de la interpretación del grandullón, como por cierta teatralidad nacida de unos mediocres decorados de interiores y de una estética ya muy caduca.

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    1. En lo de los decorados de la película de Verhoeve, Raúl, no te falta un ápice de razón, porque es un detalle, como el de los tres pechos, que se me quedó en mente: celebro mucho que la reseña te haya resultado agradable y además útil: es verdad que en los tiempos que corren aprovecha escarmentar en cabeza ajena -aunque sea la mía- porque está claro que la mercadotecnia cada día que pasa es menos de fiar...

      La ciencia ficción es un género que devoré en la adolescencia y luego casi que a trompicones, pero hay coas muy interesantes, Dick incluído...

      Un abrazo.

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  9. Gracias por la advertencia Josep, aunque debo decirte que en ningún momento me he planteado acercarme a un cine a tragarme este remake... y es que últimamente el tufillo que desprende la cartelera es de lo más pestilente.
    Estoy contigo la cinta original de Verhoeven es buena en lo suyo (no le pidamos peras al olmo) llena de acción y ritmo, buena ambientación y buenos fx. Con un bueno que reparte que da gusto, unas gotitas de picante (aquí las pone la Stone en pleno esplendor)y unos malos malísimos y psicopáticos. Exceso y provocación... vamos lo que ha hecho el holandés toda la vida.
    Un saludo

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    1. Ya imaginaba, David, que tampoco tú estarías muy por la labor de caer en el engaño: de hecho, no esperaba que ninguno de los habituales contertulios acudiera a ver esa cosa, pero ya que mis pocas oportunidades de elegir me llevaron a ello, por lo menos pensé que serviría de aviso a los amigos, por si acaso...

      La anterior, sin ser notablee, sí la recuerdo como entretenida y provista de acción y desde luego con un guión mucho más trabajado que el de este lamentable refrito..

      Un abrazo.

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  10. Yo me acabo de enterar de que es un remake del antiguo Total Recall, así que fíjate si estoy al día. Lo que si tengo ganas es de leerme la novela de Dick, ahora que por fin tengo su obra completa. Hombre algo entretendrá, digo yo, para verla con mi hija por la tarde un frio dia de invierno. Pedazo de reseña que te has marcado, Josep. Yo vi Total Recall en su dia en el cine y recuerdo que me había gustado mucho, sobre todo la marciana de tres tetas, ejem, y la tengo en DVD pero no la he vuelto a ver. Mira tu por donde he llegado a ella. Los caminos del cine son inescrutables.

    Saludos
    Roy

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    1. Ojo, Roy, que me enteré del estreno de este refrito cuando vi el ráiler en el cine, un par de semanas antes, así que tampoco es que esté muy al día: precisamente, publicitado con el rfrito de Tim Burton de su propio cortometrake Frankenweenie, que ha reconvertido en largometraje y que esa sí que no pienso ir a ver.

      Del relato de Dick en que se basa -teóricamente- este engendro, puedes darle un vistazo en el enlace que está en el título en castellano: es un relato corto -cortísimo- que podrás comprobar poco tiene a ver con la película.

      Un abrazo.

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